A diferencia de las restricciones de un itinerario de crucero o la inconveniencia de los hoteles y restaurantes llenos, los yates ofrecen un sentido de la libertad y la flexibilidad que es incomparable. Adaptado a las necesidades y a sus deseos y los de sus invitados, usted es libre de sumergirse en el lujo y la relajación de un alojamiento fabuloso, unas vistas impresionantes y un sinfín de actividades. Todo ello, envuelto por la vitalidad de la vida en el mar. ¿Por qué alquilar un yate privado? Tenemos más de una razón para convencerle de ello:
Libertad. No hay prácticamente ninguna otra experiencia más liberadora que la de alquilar un yate. Las opciones son ilimitadas, y la sensación de libertad y escapismo que ofrece es inigualable. Imagínese mirando desde la cubierta superior de su yate, contemplando desde lejos los paraísos de arena blanca mientras disfruta de un delicioso desayuno al aire libre. Preparar después el equipo de deportes acuáticos y explorar el mundo submarino. O, simplemente, relajarse en un sunpad en la terraza mientras se toma un cóctel en el bar. La elección es suya.
Comodidad. El alojamiento a bordo de un yate de lujo es absolutamente insuperable. Su decoración y tapicería interior se traducen en un estilo único e inigualable. La comodidad de despertarse en una cama al lado de un ventanal con vistas al océano es algo que no se puede experimentar cada día. En definitiva, nada mejor que un yate para sentirse como en su casa.
Cuerpo y mente. Unas vacaciones con dicha libertad representan también salud y vitalidad. La desconexión que le ofrece una experiencia como ésta, unida a todos los servicios de los cuales puede disponer, harán de su viaje privado en yate unas vacaciones inolvidables. Desde áreas como gimnasios, spa, sala de masajes y tratamientos corporales, o, simplemente, un lujar de relajación donde practicar yoga o pilates, pueden marcar la diferencia durante su estancia en el yate.
Deporte. Un yate le ofrece la oportunidad perfecta para pasar unos días de diversión con el agua como protagonista. Ya sea en familia, en pareja o con amigos, las posibilidades de «juguetes» con los que hacer deportes acuáticos son interminables. Windsurf y kite surf, kayak y canoa, esquí acuático, hinchables, motos acuáticas… Todo lo que pueda imaginar está a su alcance.
Entretenimiento. Después de haber disfrutado de un día de sol y deportes, ¿qué mejor que sentarse a relajarse viendo su película favorita en televisor de pantalla plana? Para quienes deseen continuar con la diversión, la mejor opción es disfrutar de una noche de buena música y baile a bordo. Una vez más, usted elige.
Explorar. Unas vacaciones en un yate es la opción perfecta para escapar del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana, además de descubrir y explorar nuevos entornos hasta el momento desconocidos. El contacto con el mundo natural en toda su belleza es una experiencia difícil de explicar si no se vive in situ, contemplando todos sus contrastes de colores, fauna y paisajes.
¿Aún duda de vivir una experiencia como ésta? ¡Contáctenos!