Estos días el Puerto de Mahón rebosa luz, color y mucha historia. Ayer arrancó la decimotercera edición de la Copa del Rey de Barcos de Época y Clásicos en el Club Marítimo de Mahón (Menorca), una prueba que año tras año genera una gran expectación entre los aficionados a la vela clásica y los armadores de estas embarcaciones recreativas históricas.
En esta edición se disputan el premio un total de 44 embarcaciones procedentes de 10 países. Piezas únicas que imprimen su carácter en las aguas menorquinas y convierten por unos días el Puerto de Mahón en un auténtico museo flotante. Un recorrido por la historia de la navegación recreativa desde finales del siglo XIX hasta la década de los años 70 del XX.
A lo largo de 3 días las embarcaciones navegaran divididas en función de su fecha de botadura. De este modo, las embarcaciones anteriores a 1950 quedarán enmarcadas en el grupo de Barcos de Época (que a su vez se dividen dependiendo de si el aparejo es de Marconi o de Cangreja), mientras que todas aquellas que sean posteriores a esa fecha hasta 1975, tendrán la consideración de Clásicas. Por su lado, también contaran con una clasificación distinta aquellos ejemplares que reúnan los requisitos de la clase Espíritu de Tradición y los denominados Big Boats (cuando la eslora es igual a 21,5 metros o más).
La jornada de ayer dejó como líderes en sus clases a:
El ‘Calima’ (CM Mahón) de Javier Pujol, al mando de Alejandro Guasch, en la división de Espíritu de Tradición.
El ‘Marigan’ alemán de Tim Liesenhoff, en Época Aúrica (velas trapezoidales).
El ‘Rowdy’ en Época Marconi (velas triangulares).
El ‘Galvana’ (RCN Barcelona), al mando del regatista transoceánica Alex Pella, es líder en la división de Clásicos.
El ‘Spartan’ estadounidense en la de Big Boats (grandes eslora).
¡Veamos que nos depara la segunda jornada!
Estos días las aguas de Menorca se engalanan de historia y talante con la celebración de una de las competiciones más importantes y mejor valoradas del Mediterráneo. Un evento que es retransmitido por medios de comunicación internacionales y convierte por unos días a la isla de Menorca en un referente náutico y turístico.
Conviene no perder la oportunidad de seguir la competición a bordo de un barco de alquiler, o cuanto menos, al atardecer dar un relajado paseo por el paseo marítimo de Mahón para poder contemplar de cerca estas verdaderas joyas del mar.
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